Salvador Cortés Pedraza
En la alabanza y siempre que oremos
Es una de
las cosas que más me han llamado la atención en las oraciones que hacen los
cristianos. La falta de respeto ante el Señor es sumamente patente. Hemos
tomado tal confianza con el Señor que le hablamos de tú. Pero si nosotros en la
tierra a los personajes importantes les hablamos de usted, deberíamos preguntarnos
por qué lo hacemos, porque si la respuesta es por respeto, Quizás estemos
faltando al respeto a nuestro Dios y Señor. Debemos confiar en el rey, pero
nuestro respeto al rey no es por causa nuestra, sino por su realeza, de manera
que a pesar de obedecerle debemos respetarlo. En la antigüedad, a los padres se
les trataba de “usted”. La gente decía
que eso no era respeto, sino temor. Ahora ya no trata nadie a sus padres
de “usted”, ni casi a nadie ¿hay más respeto que antes? ¿Será posible que el
hombre cuando pierde el temor pierde también el respeto? ¿Acaso la confianza es enemiga del respeto?
Esto es lo que dice la mayoría; pero ¿estarán en lo cierto?
EN LA ORACIÓN, SIEMPRE QUE
OREMOS.
La
oración es una directa conversación con nuestro Padre Dios. Bendito sea por
siempre. ¿Cómo muestra la Palabra a los que estuvieron en la presencia de Dios?
Siempre de rodillas o con el rostro en el suelo Lucas 5:8: Viendo esto Simón
Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy
hombre pecador. ¿Nos ha dado Dios permiso para que lo hagamos de manera
tan licenciosa? ¡Arrepentíos, hermanos, por si acaso decide perdonarnos! Éxodo:
4—5. Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de
en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.
5 Y dijo: No te acerques; quita tu calzado
de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. Las oraciones
de hoy, ante el Dios presente, dejan mucho que desear. Lo que ocurre es que,
después de una licencia, viene otra, y así, hemos llegado a hacer cada uno lo
que nos viene en gana. ¿Por qué ocurre esto? Porque poco a poco vamos perdiendo
la noción de la presencia de Dios,
incluso de su Real Majestad. ¡Perdónanos
Señor! La idea de muchos, es que Dios es como un gran vertedero donde podemos
llevar todo lo que queramos.¡Sí, Padre, perdónanos! Pero el solo hecho de no mirar
qué le agrada Dios, ya es pecado. ¿Por qué hemos de agradar a Dios? ¡Acaso el
Señor necesita que le agrademos? El Señor no nos necesita para nada, pues la
necesidad, es nuestra; agradando a Dios estamos haciéndonos bien. ¡Cuántos son los que no son oídos por Dios! La
idea de que nuestro Dios es nuestro Padre, también nos hace pensar que se trata
de un padre como los de ahora, a los que, el respeto, lo tienen como una falta
de confianza.
AL LEVANTARNOS EN LA MAÑANA
Si te
acuestas sin saber si vas a despertar, lo más acertado será, que antes de
dormirte, te pongas en paz con Él; con el Señor. Esto es, arrepentido de todo lo malo que hayas
hecho y de todo lo bueno que hayas dejado de hacer. Dice la Palabra de Dios, en…
Santiago 4:17: y al que sabe hacer lo
bueno, y no lo hace, le es pecado.
¿Cómo pediremos si no damos? ¿Cómo nos inclinaremos
ante el Creador, si no nos hemos arrepentido de nuestros pecados? No podremos
burlar la sabiduría de Dios, porque además de Sabio es Justo. Dios no puede ser
burlado. Gálatas 6:7: No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que
el hombre sembrare, eso también segará.
Desnúdate ante tu Dios y muéstrale tus maldades con arrepentimiento,
humildad y propósito de enmienda. Dios te comprenderá, te perdonará y te
ayudará a ser fiel con sus consejos. Isaías 50:9: He aquí que Jehová el Señor me
ayudará; ¿quién hay que me condene? He aquí que todos ellos se envejecerán como
ropa de vestir, serán comidos por la polilla.
EN LA COMIDA, ANTES DE COMER
¿Acaso nos ponemos a la mesa y no nos acordamos de
Aquel que de todo nos provee? Ciertamente es posible; así somos de
inconscientes y desagradecidos. Hubo un tiempo en que las primicias eran para
Dios, pero algo ha debido ocurrirnos, porque hemos llegado a pensar que Dios ya
no quiere las primicias. Hubo un tiempo en que antes de la oración la gente
lavaba sus bocas, sus manos y algunas otras partes del cuerpo y también lo
hacía antes de sentarse a la mesa. ¿Por qué estos gestos? Por respeto al
Altísimo. La oración es conectar con Dios y, el símbolo del lavado era como una
señal de arrepentimiento y limpieza de espíritu para poder estar en la
presencia del Señor. El segundo es el respeto al tocar algo que viene del Señor
para ti. Es impresionante que a veces solo hagan la demostración por falta de
agua u otras cosas. Pero el Señor ve que la persona no se ha olvidado de su
Majestad. Mirad hermanos tú tienes la libertad de hacer para el Señor todo lo
que tú consideres que es agradable a Dios. Si tú piensas en poner para Dios un
árbol en tu huerto, hazlo; aunque eso no lo pida el Señor en su Palabra. Es
como cuando hacemos algo para nuestros padres que es agradable, pero que no nos
lo han pedido. Peor es que tú creas en tu corazón que, algo que has pensado, es
agradable a Dios o lo pide y no lo haces. Sería un pecado, porque aunque el
Señor no lo haya pedido tu dudaste y creíste que lo pudo haber pedido. Hazlo y no te resistas.
EN LA NECESIDAD. MIRANDO BIEN
QUÉ NECESITAMOS
Los seres humanos tenemos una boca ligera para pedir y
una mente doblegada al gasto. El ansia de poseer que a muchos arrastra hasta la
agonía; se vuelven esclavos de las cosas y acaparan tanto que muchas veces ni
siquiera utilizan. No nos damos cuenta de que, en el mundo, todo es limitado,
porque fue creado para ser bien administrado. El cristiano no puede olvidar
eso; porque si tú del cuenco que es la tierra tomas más de lo debido, otros ni
siquiera podrán coger lo debido. El desastre se deberá a una falta de justo
reparto. El que esto hace es porque por la razón que sea ha llegado a creer que
tiene más derechos que otro, pero este pensamiento en una mente cristiana es un
horrible pecado. Sí, horrible, porque no hay nada más desagradable que ver a
gente pasando hambre o cualquier otra necesidad. Muchos “cristianos”, se
olvidan de esto cada día. Pidamos al Señor lo que necesitemos y, hagámoslo con
el debido respeto. No podemos pedir al Señor lo que piden, por poner un
ejemplo, los deportistas, cuando levantan sus miradas al cielo y les piden ganar ellos, es decir, que pierdan
los otros. Esto miradlo con detenimiento, porque está fuera de todo fundamento
cristiano, y se hace de muchas maneras. Estos cristianos que son capaces de
ganar una copa de futbol, según ellos con el agrado de Dios, y luego les vemos
de llevarla a los pies de la Virgen de turno y, a continuación a Neptuno o
Cibeles. Claro los pastores dieron libertad
a las ovejas, para no quedarse sin ninguna. ¡Sálvese quien pueda!
Dile al
Señor que te de lo que tú necesites y siempre recordando que Él conoce tus
necesidades. No digas; “El pan nuestro de cada día,
dánoslo hoy”, si realmente tienes pan para hoy. Esto lo mira el Señor
como una falta de interés en tu oración y desobediencia. Te diriges a Él
repitiendo una y otra vez las mismas cosas como si te faltaran las palabras. Te
han enseñado un modelo y con él te vas por dos mil años a decírselas al Señor.
Ignoras que el Señor abomina las repeticiones. Mirad lo que dice la Palabra de
Dios:
Mateo 6:7: Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que
piensan que por su palabrería serán oídos.
Mateo 6:5: Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman
el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser
vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
Mateo 6:6: Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la
puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te
recompensará en público.
AL IR A DORMIR. CUANDO DORMIMOS…
¿Quién de nosotros cuando vamos a dormir sabe si
despertará? Ciertamente, nadie. Entonces se hace necesario ponernos en las
manos del Señor. Estar en las manos del Señor es la mayor seguridad. Esto le
pedirás al Señor, si es que lo deseas. Les voy a poner un ejemplo en mi opinión
extraordinario. El joven que se acerca a una chica y quiere pedirle relación.
Para él la chica es algo importante, pues de ella anda enamorado. Ella para él
es tan importante que piensa no poder vivir sin ella. El chico piensa qué decirle
y como hacerlo, para que la chica no se ofenda y poder relacionarse con ella.
Primero ha valorado a la chica en cuanto a su belleza y otras cualidades y ha
concluido que para él es la misma vida. Así de esa valoración surge la
atención, el respeto, el decir lo apropiado, lo que cree le va a gustar y una
vez que lo han meditado todo bien, se lanza a la acción. No nos iremos a orar
al Señor sin repara al menos en lo que el chico reparó para la chica. Enamorado
del Señor le declaro que Él para mí es mi vida. Díselo así, si es cierto.
Señor, nunca me abandones, pues, yo he buscado tu amparo…Dile todo lo que tu
corazón siente y podrás completar una extraordinaria relación con el Señor; Él
te ama.
CUANDO ESTEMOS ENFERMOS Y
CUANDO SANEMOS.
Cuando estemos enfermos es necesario pedir sanidad,
pero ¿Qué haremos cuando sanemos? ¿Nos olvidaremos del Señor? es preciso
hermanitos que estemos atentos a estas cosas porque todo lo que hacemos para el
Señor, merece atención. ¿Qué es lo que hacemos para el Señor? No nos equivoquemos.
Todo lo que hacemos; lo que hacen, nuestro cuerpo y alma, es para el Señor.
Recuerden que no podemos prometer nada al Señor.
Podemos pedir, pero es mejor que no prometamos nada al Señor, pues, nada somos
y nada nos pertenece. Solo podemos hacer un propósito y pedir a Dios que nos
ayude. Incluso cuando decimos que vamos a hacer algo para alguien o para
nosotros mismos debemos decir siempre: “Si Dios lo permite”.
Mateo 5:34: Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el
cielo, porque es el trono de Dios;
Santiago 5:12: Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo,
ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y
vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación.
Que la paz del
Señor sea con todos vosotros
Fixú xuutúx melí leiof óiof suxiof uo iof máox
chúx amiof zutúx leiof meitú siux úzu
meiúz siux melíx datúz fixú xétúx
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