miércoles, 25 de diciembre de 2019

EL HECHO ES MAYOR TESTIMONIO QUE LA PALABRA


Salvador Cortés Pedraza


        ¿CUÁNTAS VECES HEMOS DE ARREPENTIRNOS DE LO QUE DECIMOS O HACEMOS? 

       Todos ofendemos muchas veces, tanto a Dios, como a nuestro prójimo. Pero nosotros, somos tan inconscientes, que no somos capaces de discernir que, cuando ofendemos, también nos ofendemos a nosotros mismos. Pareciera que no tuviésemos cerebro, porque nos empecinamos en hacernos daño constantemente. Sabemos que es el amor el principio de todo lo benigno, pero nos negamos a amar sin calcular  la magnitud de esta palabra y medimos el amor acondicionándolo a nuestro pobre entendimiento. Así, cada cual, ama de diferente manera, a diferentes cosas y con diferente sentido. Cada cual se justifica en la forma en que ama. El amor es como el átomo; es imposible de dividir. Esto es solo una falsedad producida por nuestra mente que, afectada por la maldad y perfectamente subyugada por lo material, nos abre un gran abanico de posibilidades para nuestra justificación. Pero el amor no admite justificación alguna, o se ama o no se ama. ¿Por qué amamos a nuestra esposa y no a nuestra vecina? Alguien dirá, a nuestra vecina podemos amarla, pero no podemos declararlo? Entonces estamos ocultando el amor. ¿Se debe ocultar el amor? No, es mi respuesta. El amor de Dios es imposible ocultarlo. Lea algunas de las definiciones que da la Santa Palabra de Dios:

LA PREEMINENCIA DEL AMOR

          1 Si yo hablase lenguas humanas y “ANGÉLICAS”, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.
          Notas. Las lenguas humanas son cada una de las lenguas con la que los seres humanos se expresan. Las lenguas angélicas son las que hablan los ángeles. Esto quiere decir que los que dicen hablar lenguas angélicas, mienten por que se hacen pasar por seres celestiales, siendo pecadores, a menos que sean diablos, que también hablan lenguas angélicas. Esta nota, he creído oportuno ponerla porque muchos son los que dicen hablar este tipo de lenguas angélicas, pero ninguno las lenguas humanas, y la razón es que estás si se pueden comprobar su veracidad.  Fueron lenguas humanas las que se hablaron en Pentecostés y que todo el mundo las entendía. Y el asunto de los intérpretes, era por causa de que, resulta una falta de ética o educación, decir algo que los demás no entienden. Pero Dios tiene poder para hacer que el ángel le hable a los humanos y sea entendido, como entendió María, la madre de Jesús, y otros. Yo a uno que decía hablar lenguas le propuse venir a hablar a un chino que dijo vendría a visitarnos y se negó a servirnos de interprete, alegando que el hablaba lenguas angélicas. Le pregunté: ¿Para qué? y no supo contestarme, sino que lo que hizo fue marcharse de la congregación. ¡Cuanta falta de amor tienen estos habladores de lenguas! Ahora les veo por las calles y cuando me ven se deshacen en muestras de amor hacia nosotros, pero no volvieron, prefirieron seguir “hablando lenguas”.

          2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.

          La aparición de nuevos profetas, milagreros, y apóstoles va en aumento en los últimos tiemposFarsantes que para alimentar sus vientres hacen lo que no es lícito. ¿Para qué necesitamos más apóstoles, ni más profetas, ni más milagreros, si ni siquiera podemos entender el milagro de Jesús y su profecía. Jesús lo dio todo por concluido con respecto a la Obra de Salvación, que es a lo que vino. “Todo es concluido”. Nosotros no tenemos que añadir más que amor a su obra y esto es sobre el fundamento de su Palabra y sus Hechos.

3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.

Todos esos que muestran sus sacrificios, sus generosidades y que proclaman lo que hacen para captar a los demás, no tienen amor. Porque no obedecen a Dios que es el primer amor que debemos practicar, para que los demás sean posible, porque el que no ama a Dios, no puede amar a sus hijos, ni a los demás.

4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;

          El amor es sufrido. Fácil resulta pedir ayuda, pero el cristiano debe considerarlo muy bien antes de hacerlo. Es posible, que la ayuda que recibe, sea tropiezo a alguien. A él le es más bienaventurado dar que recibir. Muchos pensarán que, si necesita de los demás, quizás se deba a no haber andado con mucha diligencia,  con lo cual, ya está sirviendo de tropiezo a aquellos que piensan de nosotros que, por el hecho de ser cristianos, vamos a tener menos necesidades, porque vamos a ser diligentes. Al cristiano todo le es lícito pero no todo me beneficia. 1 Corintios 10:23: Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.  La necesidad de edificar, nos impedirá pedir y nos abocará a dar.

5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;

         Debemos examinar de antemano el paso que vamos a dar, porque no podemos hacer algo que no debamos hacer y sabemos que, cuando esto ocurre, es porque no lo hemos puesto en las manos del Señor. Debemos llevar todo a las Manos Santas del Señor. No debemos actuar sin su aprobación, porque caeríamos en el error. No debemos buscar lo nuestro, sino lo de Dios, que es al fin y al cabo lo nuestro, sí, porque todo es de Él. No debemos irritarnos, eso debemos dejarlo a Dios, ya se irritará cuando sea necesario. No debemos guardar rencor, porque el rencor es hermano del odio y actúa en nosotros como la carcoma que se come lo puro y deja solo destrucción.

6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.

¡Cuidado con esto! Porque muchos ocasionan tragedias ruinosas en sus casas y en las casas ajenas, rompiendo lo que un día creyeron amor, y todavía se jactan y se gozan de la injusticia que cometieron. Dijeron: “me he enemistado con muchos y les saqué lo que pude, he abandonado a mi mujer o a mi marido, y a mis hijos ni le paso la manutención. Pero ahora soy feliz. ¡Cuidado con estos! No les imitéis, porque son, sin dudas, siervos de Satanás. La carga que creen haber descargado acabará aplastándoles. Al que tiene amor de Dios andar en la Verdad le es un gran refrigerio y gozo. 

7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

Como ya hemos dicho antes, “el amor es sufrido”, ni siquiera debemos alinearnos con aquellos que no están dispuestos a sufrir porque se tratará de necios. Todo lo debemos creer, porque Dios es la Verdad, y en ella no es posible la mentira. Creer la Verdad es practicarla, atarla a nuestro cuello y desechar todo lo que a ella no pertenece. Debemos aprender a tener esperanza, somos hijos del Altísimo (que alabado sea) y tenemos en Él toda seguridad. Por eso, todo lo soportamos con paciencia; Él sabe lo que necesitamos.

8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.

Lo que acaba no ha sido amor. Nadie se confunda. El amor no deja de ser amor nunca, otra cosa es el aprecio, el sexo y otros sucedáneos del amor.

9 Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; 10 mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.

Lo que profetizamos nosotros es lo que en parte conocemos y que, le añadimos, lo que intuimos o pensamos. Esto lo decía Pablo cuando las Escrituras aún no estaban acabadas de escribir, pero Pablo decía que, cuando viniera lo perfecto, todo lo que conocíamos en parte, acabaría. Muchos creen que esto será cuando vuelva Jesucristo, pero Jesucristo no nos dejó algo incompleto o inacabado, sino que todo lo dejó ordenado y concluido para que por lo “perfecto”, el Espíritu Santo, la Palabra, que son la misma cosa, pudiéramos alcanzar gracia ante Dios y salvarnos. Se trataba

11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.

Los niños no son comparables con los hombres en casi nada a menos que la mentalidad del hombre no haya maduradoPero la mentalidad del hombre debe madurar, si no está afectada por algún mal. El niño tiene la mente incapacitada para aceptar el mal, pero el mal sabe esperar y conforme el niño va adquiriendo el sentido común, se aprecia que igual de va yendo en una dirección que en otra. Los padres y todo su entorno son lo que deben responsabilizarse de su comportamiento. Esto ocurre de forma momentánea, sino que progresa despacio y en unos más que en otros niños. Los que les rodean deben estar vigilante y preparados para guiar al niño en lo que debe hacer y no debe hacer.  Lo mismo ocurre con el creyente nuevo, que es comparado con un niño, y que debe ser guiado y apoyado por los que ya crecieron. ayudarles a pensar como crecer en el conocimiento de Dios, a pensar con el pensamiento de Dios, a no juzgar como Dios manda.

12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.

Antes de llegar lo perfecto veían, como oscuramente. Ellos estaban predicando la Thora y algunos escritos propios, pero lo perfecto aún no lo tenían. Por eso ellos veían como por espejo en sus mentes, veían de una forma no clara, por eso, decía conocer en parte, porque el Espíritu Santo aún no les había comunicado todo. Algunos piensan que el Espíritu Santo les llenó de toda sabiduría instantáneamente, pero aunque así fuera, ellos debían plasmarlo en el papel, para ser usado por todos los que después viniesen y también para tener toda la Verdad en una. El Espíritu Santo no deja de trabajar en nosotros ayudándonos a recordar lo escrito, animándonos, y dándonos fuerza para vencer. Pero el Espíritu, no nos va a decir más que lo que Cristo dijo; porque Cristo concluyó su Obra (Cristo no fue insuficiente), y el Espíritu, no está para que juguemos con Él. Todo aquél que quiera saber más allá de lo que  la Biblia nos anuncia, no es de Dios. Otra cosa sería que el hombre se empecinase en descubrir cada una de las piedras preciosas que la Biblia encierra, con la ayuda siempre, del Espíritu Santo.   

13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.

¿Qué ocurre, pues? Pues que lo que se oculta no es amor de Dios. Los hijos de Dios varones, nos amamos los unos a los otros. Sí, nos decimos: “Hermanito, yo te amo mucho”, “¿Sabes que yo te amo? El hijo de Dios varón, le declara su amor a la hermanita, “Sabes hermanita, que te amo mucho”, ¡Cuánto te amo, hermanita! No nos alarmamos por esto. Todos conocemos cuál es el amor de Dios y cuál es el establecido por Satanás en el mundo. No hay celos entre los hijos de Dios, primeramente, porque lo evitamos, luego por que conocemos el amor de Dios y, este amor, nos hace actuar diligentemente. Digamos que no damos lugar al tropiezo.  Entonces ¿Dónde está el problema? Todos nuestros problemas están en nuestro espíritu. Nuestro espíritu está caído, influenciado por Satanás y, por tanto, es incapaz de discernir el amor de Dios. Un espíritu lleno del amor de Dios, es consciente del amor posible, de lo que es amor y de lo que no lo es. El espíritu es el que anima a la mente, que no es nada más que una parte de nuestro cuerpo físico que cuando es abandonado por el espíritu, viene a ser solo materia perecedera. No podemos pensar que una cosa es la mente y otra el espíritu. Dios insufló en el barro su aliento de vida, su Espíritu, porque su Espíritu, es la Vida. Pero el espíritu encarnado está expuesto a la prueba, esto es, a la caída, por causa del espíritu malo.

2 Pedro 3:17:    Así que vosotros, oh, amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza.
1 Pedro 5:8: Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;

Y Satanás, el espíritu malo, se encarga de tentarlo, mostrando las excelencias de la vida. Así lo hizo con Adán, con Jesús, y con todos nosotros. Pero el espíritu de Jesús era fuerte y poderoso y no cayó. Con esto, Jesús nos dio un ejemplo de cómo hacer las cosas para no caer, al menos, tan fácilmente. Pero ¿no era Jesús un hombre? Sí, tal como nosotros. Jesús fue despojado de toda su divinidad, para hacerse “hombre”; sin mayúscula. Se trataba de alguien cargado de pecados, que no tenía ni donde reposar su cabeza y que había sido abandonado por su Padre. Pero Jesús, tenía una fe poderosa, por eso, era capaz de mover montañas. Jesús conocía a Dios y por eso, su consejo es: “Buscad primero el Reino de los Cielos y todo se os dará por añadidura. Salmos 10:4:       El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios; No hay Dios en ninguno de sus pensamientos.

       YO OLVIDO, PERO NO PERDONO. Esto significa algo así como la guerra fría de los espíritus. Primeramente, por que es imposible, tiene una alta carga de falsedad. Ni siquiera al revés sería esta frase, una frase que respondiera a un espíritu digno de ser oído y, mucho menos, aceptada por espíritus que anhelan la santidad.  No digáis jamás esta funesta frase; retiñe en los oídos de una persona que anhela santidad. Se trata de una frase que es engañosa, que puede hacernos creer que nos justifica. Es una frase de demonios. No la pronunciéis jamás y, ni siquiera la penséis en vuestros corazones, para que nunca podáis caer en ese error. 


¿CUÁNTO PODEMOS DAÑAR CUANDO NO NOS ARREPENTIMOS DE LO DICHO?

    El que daña no ama. Aunque a veces las personas se puedan sentir dañadas por nuestra causa al tratar de hacerles un bien, esto es por causa de sus débiles  entendimientos, la persona no es capaz de dilucidar el bien de las cosas, debemos pensar que el Espíritu de Dios no habita su corazón y la Verdad de Dios no es su camino. Por eso, debemos ser prudentes, pacientes y benignos. Si le diésemos con la Biblia en la cabeza, podríamos matarlo. Con la Verdad también se puede ser piedra de tropiezo. Si hacemos un daño, debemos arrepentirnos, lo cual incluye, la necesaria reparación.  Debemos reparar el daño causado, algo que siempre es más fácil y mejor que mantener el daño. Para poder reparar hace falta el reconocimiento y el arrepentimiento. El que no acepta el arrepentimiento no es digno de él, pero sepamos los arrepentidos, que para nosotros, resulta un eximente; el más agradable de los eximentes. No temamos arrepentirnos y pedir perdón

A PESAR DE NUESTRAS DEBILIDADES, ¿QUÉ ES LO QUE DESEAMOS REALMENTE TODOS?

      ¡Cuándo puede  descansar nuestro espíritu! Cuando no nos arrepentimos, constreñimos al Espíritu Santo que habita en nosotros y se corta nuestra relación con Dios. La beneficiosa acción del Espíritu Santo deja de producirse y solo se reestablece por medio del arrepentimiento sincero. Entonces todo vuelve a fluir en nosotros de forma adecuada a nuestras necesidades. Era lo que deseábamos y nos sentimos bien. ¿Sabéis por qué nos sentimos bien? Porque era lo que necesitábamos. Porque todo ser humano lo que necesita es estar en perfecta relación con los demás y con todo lo que le rodea incluida la naturaleza, porque pertenece a la misma naturaleza y esta a Dios. Todos deseamos ser amados, pero esto es imposible si no conocemos el verdadero amor; el amor de Dios (que bendito sea por toda la eternidad).

Preferid primero hacer que decir



Que la paz del Señor esté con vosotros. Amén

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