miércoles, 11 de diciembre de 2019

EL RESPETO AL SEÑOR


Salvador Cortés Pedraza
En la alabanza y siempre que oremos

      Es una de las cosas que más me han llamado la atención en las oraciones que hacen los cristianos. La falta de respeto ante el Señor es sumamente patente. Hemos tomado tal confianza con el Señor que le hablamos de tú. Pero si nosotros en la tierra a los personajes importantes les hablamos de usted, deberíamos preguntarnos por qué lo hacemos, porque si la respuesta es por respeto, Quizás estemos faltando al respeto a nuestro Dios y Señor. Debemos confiar en el rey, pero nuestro respeto al rey no es por causa nuestra, sino por su realeza, de manera que a pesar de obedecerle debemos respetarlo. En la antigüedad, a los padres se les trataba de “usted”. La gente decía  que eso no era respeto, sino temor. Ahora ya no trata nadie a sus padres de “usted”, ni casi a nadie ¿hay más respeto que antes? ¿Será posible que el hombre cuando pierde el temor pierde también el respeto?  ¿Acaso la confianza es enemiga del respeto? Esto es lo que dice la mayoría; pero ¿estarán en lo cierto?

EN LA ORACIÓN, SIEMPRE QUE OREMOS.

       La oración es una directa conversación con nuestro Padre Dios. Bendito sea por siempre. ¿Cómo muestra la Palabra a los que estuvieron en la presencia de Dios? Siempre de rodillas o con el rostro en el suelo Lucas 5:8:      Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. ¿Nos ha dado Dios permiso para que lo hagamos de manera tan licenciosa? ¡Arrepentíos, hermanos, por si acaso decide perdonarnos! Éxodo: 4—5. Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.
5 Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.  Las oraciones de hoy, ante el Dios presente, dejan mucho que desear. Lo que ocurre es que, después de una licencia, viene otra, y así, hemos llegado a hacer cada uno lo que nos viene en gana. ¿Por qué ocurre esto? Porque poco a poco vamos perdiendo la noción de  la presencia de Dios, incluso  de su Real Majestad. ¡Perdónanos Señor! La idea de muchos, es que Dios es como un gran vertedero donde podemos llevar todo lo que queramos.¡Sí, Padre, perdónanos! Pero el solo hecho de no mirar qué le agrada Dios, ya es pecado. ¿Por qué hemos de agradar a Dios? ¡Acaso el Señor necesita que le agrademos? El Señor no nos necesita para nada, pues la necesidad, es nuestra; agradando a Dios estamos haciéndonos bien.  ¡Cuántos son los que no son oídos por Dios! La idea de que nuestro Dios es nuestro Padre, también nos hace pensar que se trata de un padre como los de ahora, a los que, el respeto, lo tienen como una falta de confianza.

AL LEVANTARNOS EN LA MAÑANA

        Si te acuestas sin saber si vas a despertar, lo más acertado será, que antes de dormirte, te pongas en paz con Él; con el Señor.  Esto es, arrepentido de todo lo malo que hayas hecho y de todo lo bueno que hayas dejado de hacer. Dice la Palabra de Dios, en…
Santiago 4:17:  y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.
¿Cómo pediremos si no damos? ¿Cómo nos inclinaremos ante el Creador, si no nos hemos arrepentido de nuestros pecados? No podremos burlar la sabiduría de Dios, porque además de Sabio es Justo. Dios no puede ser burlado. Gálatas 6:7:   No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
        Desnúdate ante tu Dios y muéstrale tus maldades con arrepentimiento, humildad y propósito de enmienda. Dios te comprenderá, te perdonará y te ayudará a ser fiel con sus consejos. Isaías 50:9:       He aquí que Jehová el Señor me ayudará; ¿quién hay que me condene? He aquí que todos ellos se envejecerán como ropa de vestir, serán comidos por la polilla.

EN LA COMIDA, ANTES DE COMER

¿Acaso nos ponemos a la mesa y no nos acordamos de Aquel que de todo nos provee? Ciertamente es posible; así somos de inconscientes y desagradecidos. Hubo un tiempo en que las primicias eran para Dios, pero algo ha debido ocurrirnos, porque hemos llegado a pensar que Dios ya no quiere las primicias. Hubo un tiempo en que antes de la oración la gente lavaba sus bocas, sus manos y algunas otras partes del cuerpo y también lo hacía antes de sentarse a la mesa. ¿Por qué estos gestos? Por respeto al Altísimo. La oración es conectar con Dios y, el símbolo del lavado era como una señal de arrepentimiento y limpieza de espíritu para poder estar en la presencia del Señor. El segundo es el respeto al tocar algo que viene del Señor para ti. Es impresionante que a veces solo hagan la demostración por falta de agua u otras cosas. Pero el Señor ve que la persona no se ha olvidado de su Majestad. Mirad hermanos tú tienes la libertad de hacer para el Señor todo lo que tú consideres que es agradable a Dios. Si tú piensas en poner para Dios un árbol en tu huerto, hazlo; aunque eso no lo pida el Señor en su Palabra. Es como cuando hacemos algo para nuestros padres que es agradable, pero que no nos lo han pedido. Peor es que tú creas en tu corazón que, algo que has pensado, es agradable a Dios o lo pide y no lo haces. Sería un pecado, porque aunque el Señor no lo haya pedido tu dudaste y creíste que lo pudo haber pedido.  Hazlo y no te resistas.

EN LA NECESIDAD. MIRANDO BIEN QUÉ NECESITAMOS

Los seres humanos tenemos una boca ligera para pedir y una mente doblegada al gasto. El ansia de poseer que a muchos arrastra hasta la agonía; se vuelven esclavos de las cosas y acaparan tanto que muchas veces ni siquiera utilizan. No nos damos cuenta de que, en el mundo, todo es limitado, porque fue creado para ser bien administrado. El cristiano no puede olvidar eso; porque si tú del cuenco que es la tierra tomas más de lo debido, otros ni siquiera podrán coger lo debido. El desastre se deberá a una falta de justo reparto. El que esto hace es porque por la razón que sea ha llegado a creer que tiene más derechos que otro, pero este pensamiento en una mente cristiana es un horrible pecado. Sí, horrible, porque no hay nada más desagradable que ver a gente pasando hambre o cualquier otra necesidad. Muchos “cristianos”, se olvidan de esto cada día. Pidamos al Señor lo que necesitemos y, hagámoslo con el debido respeto. No podemos pedir al Señor lo que piden, por poner un ejemplo, los deportistas, cuando levantan sus miradas al cielo y  les piden ganar ellos, es decir, que pierdan los otros. Esto miradlo con detenimiento, porque está fuera de todo fundamento cristiano, y se hace de muchas maneras. Estos cristianos que son capaces de ganar una copa de futbol, según ellos con el agrado de Dios, y luego les vemos de llevarla a los pies de la Virgen de turno y, a continuación a Neptuno o Cibeles. Claro los pastores dieron libertad  a las ovejas, para no quedarse sin ninguna. ¡Sálvese quien pueda!

        Dile al Señor que te de lo que tú necesites y siempre recordando que Él conoce tus necesidades. No digas; “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”, si realmente tienes pan para hoy. Esto lo mira el Señor como una falta de interés en tu oración y desobediencia. Te diriges a Él repitiendo una y otra vez las mismas cosas como si te faltaran las palabras. Te han enseñado un modelo y con él te vas por dos mil años a decírselas al Señor. Ignoras que el Señor abomina las repeticiones. Mirad lo que dice la Palabra de Dios:

Mateo 6:7:        Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.

Mateo 6:5:        Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.

Mateo 6:6:        Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

AL  IR A DORMIR. CUANDO DORMIMOS…

¿Quién de nosotros cuando vamos a dormir sabe si despertará? Ciertamente, nadie. Entonces se hace necesario ponernos en las manos del Señor. Estar en las manos del Señor es la mayor seguridad. Esto le pedirás al Señor, si es que lo deseas. Les voy a poner un ejemplo en mi opinión extraordinario. El joven que se acerca a una chica y quiere pedirle relación. Para él la chica es algo importante, pues de ella anda enamorado. Ella para él es tan importante que piensa no poder vivir sin ella. El chico piensa qué decirle y como hacerlo, para que la chica no se ofenda y poder relacionarse con ella. Primero ha valorado a la chica en cuanto a su belleza y otras cualidades y ha concluido que para él es la misma vida. Así de esa valoración surge la atención, el respeto, el decir lo apropiado, lo que cree le va a gustar y una vez que lo han meditado todo bien, se lanza a la acción. No nos iremos a orar al Señor sin repara al menos en lo que el chico reparó para la chica. Enamorado del Señor le declaro que Él para mí es mi vida. Díselo así, si es cierto. Señor, nunca me abandones, pues, yo he buscado tu amparo…Dile todo lo que tu corazón siente y podrás completar una extraordinaria relación con el Señor; Él te ama.

CUANDO ESTEMOS ENFERMOS Y CUANDO SANEMOS.

Cuando estemos enfermos es necesario pedir sanidad, pero ¿Qué haremos cuando sanemos? ¿Nos olvidaremos del Señor? es preciso hermanitos que estemos atentos a estas cosas porque todo lo que hacemos para el Señor, merece atención. ¿Qué es lo que hacemos para el Señor? No nos equivoquemos. Todo lo que hacemos; lo que hacen, nuestro cuerpo y alma, es para el Señor.
Recuerden que no podemos prometer nada al Señor. Podemos pedir, pero es mejor que no prometamos nada al Señor, pues, nada somos y nada nos pertenece. Solo podemos hacer un propósito y pedir a Dios que nos ayude. Incluso cuando decimos que vamos a hacer algo para alguien o para nosotros mismos debemos decir siempre: “Si Dios lo permite”.

Mateo 5:34:      Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios
Santiago 5:12:  Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación.

Que la paz del Señor sea con todos vosotros


Fixú  xuutúx melí leiof óiof suxiof uo iof máox chúx amiof zutúx leiof  meitú siux úzu meiúz siux melíx datúz fixú xétúx

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