EL COMPORTAMIENTO CRISTIANOXVI
EL CRISTIANO Y LA LIBERTAD
Gá. 5:1—15
Salvador Cortés Pedraza
5 Estad, pues, firmes
en la libertad con que Cristo nos hizo libres y no estéis otra vez sujetos al
yugo de esclavitud.
La libertad con que Cristo nos
hizo libres, fue la ausencia de pecados. Es la verdadera libertad, pues, el
pecado es el que nos ata o encadena creándonos una situación inestable y
precaria. Una vez que en Cristo fuimos lavados, es una pena que volvamos a caer
en el pecado y, más aún, si no recurrimos
al arrepentimiento, como único tratamiento posible.
2 Ciertamente, yo, Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os
aprovechará Cristo.
Sí, porque Cristo solo es valido para aquel que
reconoce no poder salvarse por la Ley y se acoge a la gracia de nuestro Señor
3 Y otra vez testifico
a todo hombre que se circuncida, que está obligado a cumplir toda la Ley.
Si tú te mantienes contumaz declarando no necesitar a
Cristo para salvarte y te circuncida en lugar de bautizarte, tú serás juzgado y
condenado, por la Ley.
4 De Cristo
os desligasteis, los que por la Ley os justificáis; de la gracia habéis caído.
Es más fácil salvarse por Cristo. Porque, en este caso,
actúa la misericordia de Dios convertida en gracia, no tendrás misericordia, si
te colocas bajo la ley
5 Nosotros, por el
Espíritu, aguardamos por fe la esperanza de la justicia, 6 porque en Cristo
Jesús ni la circuncisión vale algo ni la incircuncisión, sino la fe que obra
por el amor.
7 Vosotros corríais bien. ¿Quién os estorbó
para no obedecer a la verdad? 8
Muchos
de nosotros somos estorbados.
¿Qué quiere decir esto? ¿Estorbados por quién?
Esta persuasión no
procede de aquel que os llama.
Es decir, Quien nos persuade no es Dios. ¿Quién puede
ser pues? Pues amigo o hermano estos personajes que mediante la persuasión nos
aparta de Dios puede ser la persona más querida para ti. Puede ser tu madre, tu
madre, uno de tus hijos, tus nietecitos, tu hermano, tu amigo, tu vecino. Puede
ser tú mismo. Ciertamente podemos auto-engañarnos.
9 «Un poco de levadura
fermenta toda la masa.»
Esta enseñanza es extraordinariamente importante, solo
una cosa insignificante puede hacer que nos corrompamos totalmente. Es decir, es algo muy peligroso
andar jugando con esto y la Palabra nos avisa de forma contundente. Pareciera
que no está queriendo decir que es más
peligrosa la falta pequeña y, mirándolo bien, así es
10 Yo confío respecto
de vosotros en el Señor, que no pensaréis de otro modo; pero el que os perturba
llevará la sentencia, quienquiera que sea.
11 En cuanto a mí,
hermanos, si aún predicara la circuncisión, ¿por qué padezco persecución
todavía? En tal caso se habría quitado el escándalo de la cruz.
Muchos pueden creer que las persecuciones fueron por
causa de Cristo, y ciertamente lo fueron, pero no solo por su causa, porque
hasta ahora, todos los justos que ha habido en la tierra han sufrido
persecución, de manera que no es por Cristo, sino más bien por causa de la
maldad. El escándalo de la cruz, por la benignidad que ella trae a la tierra, es
decir el mensaje de Cristo a la tierra es de total benignidad y justicia, por
tanto, ese es el motivo por lo que los impíos de la tierra reaccionaron contra
ella. Pero miren mis hermanos las palabras de Pablo que siguen:
12 ¡Ojala se mutilaran
los que os perturban!
El deseo de Pablo es
altamente dañino al parecer; es como una fuerte maldición. Pero si llevamos
estas palabras a su contexto, nos damos
cuenta de que es un extraordinario deseo
el de Pablo. Si aumentan los que nos perturban será porque nuestro
comportamiento es excelente, estaremos realmente siguiendo los pasos de Cristo.
Cuando los que nos perturban no aumentan o por el contrario, disminuyen es
señal de que más bien estamos haciendo como ellos. Hemos abandonado a Cristo y
nos hemos pasado al enemigo el cual dejará de perturbarnos. Mas no es que deje
de perturbarnos, sino que ya nos encontramos dentro de su propia perturbación y
hemos sido abandonados por el Espíritu Santo y dejados en sus manos.
13 Vosotros, hermanos,
a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión
para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros,
Hay mucho que hablar sobre la libertad un concepto
totalmente sacado de contexto nunca como hoy. La libertad es el deseo de los
necios, porque ¿qué es la libertad? ¿Realmente podemos ser libres? ¿De que
depende la libertad en un mundo creado para vivir en comunidad? ¿Podemos ser
libres individualmente?
14 porque toda la Ley
en esta sola palabra se cumple: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo.»
¿Somos capaces de amar así? ¿Si no amamos así, podemos
ser libres? ¿Y si amamos de esta manera, tendremos una felicidad completa, como
muchos entienden? La libertad es un estado de conciencia espiritual. No puede
ser otra cosa que la ausencia de pecado; el sentirse redimido es la única
libertad que podemos disfrutar, y esta por la gracia de Dios.
15 Pero si os mordéis
y os coméis unos a otros, mirad que también no os destruyáis unos a otros.
Pero si estamos llenos de pecados, somos tan presos de
ellos que podemos llegar a autodestruirnos. Porque el tentador nunca se sacia;
siempre pide más.
Que la paz del Señor y la gracia del Señor Jesucristo
sea con todos nosotros.
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