domingo, 3 de febrero de 2019

EL PESO DE LA CRUZ

EL PESO DE LA CRUZ
Salvador Cortés  Pedraza

Hace algunos días se me vino a la cabeza una idea: ¿Por qué la cruz nos resulta tan pesada?
De pronto comenzaron a acudir a mi mente diferentes razones que me hacían dudar. Las preguntas iban pasando por mi mente vertiginosamente hasta que, al fin, el Espíritu me dijo: La cruz es tan pesada, porque la sentimos ajena. La cruz es de Cristo y, claro, Cristo tiene poder para cargar con ella, pero nosotros no. De pronto, comencé a darme cuenta de lo que ocurría realmente. ¡Bendito sea Dios! Me horrorizó la idea de que Jesús hubiera padecido como lo hizo. Nosotros no más que recorrer un trocito del trayecto, ya comenzamos a aligerar el peso de nuestra cruz. Muchas veces ni pedimos ayuda, sino que, comenzamos a soltar lastre, hasta que, al final, la dejamos tirada en el borde de cualquier camino. Otros llegan con una cruz tan pequeña que no dará la distancia que hemos de pasar desde la vida a la a la vida verdadera; la vida eterna.

Lucas 9:23 Y Jesús decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.

Si alguno quiere venir en pos de mí

Pareciera que esta frase no nos quiere decir mucho, pero yo os digo, hermanos, que esta frase es de las más importante de todas. Sí, amados hermanos, necio ha de ser aquella persona, que hace algo, para servir a Dios sin deseos de hacerlo. El Señor tenga misericordia de él. El que tal cosa haga debería temblar. Créanme, basta conocer la majestad de Dios, para darnos cuenta de cómo se sentirá el Seños con tales servidores.

Romanos 12:11 En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;

3. Hebreos 6:12 a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.

El problema con Dios va a ser grande, pero el de la persona que, de tal manera procede, va a ser terrible, pues, un trabajo que no se desea hacer, habiendo prometido hacerlo,  es mucho más pesado que ningún otro.

…niéguese a sí mismo…

¿Qué es negarse a sí mismo? Esto solo podemos hacerlo,  si hemos aceptado a Cristo, como Dios manda. La frase tiene lo suyo, porque muchos aceptan a Cristo sin saber realmente el compromiso que está adquiriendo con nuestro Padre Dios. Muchos, nada más aceptar a Cristo ya adquieren un estado de emoción tan grande que comienzan a sentirse  con múltiples dones espirituales, algunos de dudosa veracidad, como, los dones de lenguas, sanaciones, etc.  Con el tiempo, todo eso de desvanece como niebla. El asunto es el siguiente: por lo general, este tipo de “dones” van a parar a personas realmente disminuidas psíquicamente, que necesitan, de alguna manera, ser el centro de atención entre los demás. Luego suele ocurrir que su misma inestabilidad le lleva a ser una persona inconstante o voluble (doble ánimo)  causantes de muchos problemas en las congregaciones. Estos por lo general, desean sentirse algo, cuando el llamado es a no sentirse nada. La persona que ha de seguir a Cristo a de examinar muy bien lo que desea, porque la mayoría de las cosas que los hombres deseamos, no nos conviene. También  si hemos de cumplir una misión, todos nuestros deseos, son después de nuestra obligación. Así, es probable que algunas de las cosas que no nos conviene, nos sean perdonadas. Por eso, lo primordial es negarnos a nosotros mismos, es decir: primero lo de Dios y con alegría en nuestro corazón; para que no trabajemos en balde.  

…tome su cruz cada día…

¿De quién es la cruz según las palabras de Jesús?  La cruz es de cada uno de nosotros. No es la cruz de Cristo ni por Cristo, es nuestra cruz y, la que hemos merecido nosotros. Ahora Cristo nos ordena llevar nuestra cruz por los demás y por nosotros mismos. Digamos que es nuestra penitencia. Hemos de segar lo que hemos sembrado y dar cuenta al Amo de la viña.  Pero si Cristo nos perdonó ¿por qué la penitencia? No podemos olvidar que tomar la cruz no es tomarla de soltarla cuando nos parezca. Esta cruz es para toda nuestra vida en la tierra, para cada año, mes, día, hora, minuto y segundo.

…y sígame

 Es cuando hacemos todo lo anterior,  es cuando podemos decir que estamos siguiendo a Cristo y que nuestra cruz no se nos hará tan pesada, Cristo nos ayuda a llevarla y porque es nuestra.


Que la gracia del Señor Jesucristo sea con todos vosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario