domingo, 3 de febrero de 2019

TESOROS EN EL CIELO

TESOROS EN EL CIELO
Mateo 6: 19—21
Salvador Cortés Pedraza

19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;

Es sumamente difícil (duskolos) Esto significa esta palabra griega, apenas o con gran dificultad. Muy difícil para el rico entrar al Reino de los Cielos. ¿Por qué? Dicho sencillamente, es muy difícil dar todo lo que tiene para ayudar a los necesitados; a dar todo lo que ha sido placentero para él. Todo aquello que fortalecía su ego y que lo creía indispensable para una vida ideal. Pero el Señor Jesús no se anduvo con rodeos cuando el rico le preguntó acerca de lo que debía hacer para ir al cielo. “Ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres…”. Nosotros podemos hacer todas las interpretaciones que podamos, pero Jesús lo que le respondió era algo sumamente claro.

20…sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.

Muchas veces, cuando la Palabra de Dios habla de los ricos, muchos de nosotros no nos damos por aludidos. Pero Él nos lo dice realmente a todos indiferentemente de las riquezas que tengamos, para que no podamos justificarnos con facilidad. La medida material nada tiene con la espiritual, por lo tanto, a un pobre le puede ser contada una falta tanto más que a un rico y viceversa. Todo para que no descuidemos. Es muy necesario hacernos esta pregunta: ¿Soy pobre o rico?

“Cualquiera que haya dejado casa, o hermano, o hermana, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna” Mateo 19:29.

“Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Mateo 22: 39

Pero de las palabras de Jesús aún podemos sacar mucho más de lo que simplemente se ve o entiende. Debemos amar al prójimo incluso más que a nosotros mismos y para ello, solo tenemos que imitarle a Él. La vida de los demás debe tener mayor importancia que la nuestra. Solo así podremos vender lo que tenemos y darlo “todo”.

Lucas 19: 8 Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.

21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

¿Dónde está realmente el corazón de muchos “cristianos”? Cualquier persona creyente o no se hace esa pregunta. Lo que ocurre es que, de alguna manera, el cristiano ha de actuar de una determinada forma y les choca verlos enredados en algunos asuntos muy alejados del verdadero fundamento de Cristo. Por eso el Señor llama a sus seguidores a atraer y no a alejar. Cuando un cristiano no lleva un camino correcto, no solo es que no atrae, sino que, para mayor daño, aleja. Pensemos en esto: “No todo el mundo comulga con ruedas de molino”. Les vemos predicando evangelios personales y por ende, adulterados y vemos con pesar que muchos les siguen. Esto es algo que produce mucha tristeza. Sí, aunque de antemano nos lo profetizara Jesús, no podemos evitar entristecernos a tantos ignorantes o gente interesada siguiendo a esos lobos disfrazados. Les vemos dedicados a la rapiña más execrable y descarada y aún pretendiendo justificarse. Pero no podrán justificarse ante Dios. Ni siquiera ante su propia conciencia si es que la tienen. Descaradamente  y, a la vista de todos, se dedican a aglutinar riquezas. De muchas maneras piensan en el bien que produce la riqueza en sus mentes y andan a la zaga de la primera oportunidad cuando no las crean. No me refiero a los hombres del mundo (los no creyentes), sino a aquellos que tienen un compromiso adquirido con el Señor para dedicarse a lo que el Señor les piden y se dedican a dar tan mal ejemplo que desvían a los hombres hacia el abismo en lugar de evitárselo. 

1 Pedro 2: 9 Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. 10 Vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, ahora sois pueblo de Dios; en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, ahora habéis alcanzado misericordia.

No le vale al cristiano hacer unas cosas buenas y otras malas, porque en eso es donde se esconden las mayores y más peligrosas mentiras. Estos falsos pastores conducen a sus rebaños por caminos de perdición, para agradar a todos. Pero los poderes terrenales son dirigidos por Satanás y, un día, a ellos mismos devoraran; cuando ya no los necesiten o les estorben. Solo el Señor es fiel, porque solo él puede serlo.

Cuéntenle a la gente, allí por donde pasen, las excelencias de vuestro Dios. Agarraos a vuestra salvación mostrando el amor de Dios en vosotros. No los juzguéis ni les condenéis; deciles que Dios les ama. Que Dios no va a tener en cuenta sus pecados si se arrepienten de ellos. Decidles que Dios tiene morada para ellos. No sean jamás condenados por vosotros, porque el juicio es de Dios y también el perdón. Dile que el Señor es tu Pastor y que no lo vean solo en tus palabras, sino también en tus silencios. El que oiga, entienda.

Un día todos los que están como jugando con las cosas de Dios se sorprenderán, lo peor será si ese día ya es tarde para ellos.  



La gracia sea con todos vosotros. Amén.

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